Hace algunos meses tuve la oportunidad de participar en una feria de emprendedores, a las que normalmente asisto cuando se organizan. Ahí me encuentro siempre con varias amigas que al igual que yo tienen su propia marca y venden productos artesanales, se vive un ambiente muy cordial y la cantidad de personas que llegan están dispuestas a obtener un producto original hecho a mano.
En una ocasión, estaba sola, esperando que se volviera a llenar el lugar, cuando de repente se me acercó una señora con su hija. Yo amablemente les dije que podían ver y probarse las bolsas sin ningún compromiso. La niña, de aproximadamente 4 años, se quedó observando mi stand y después de algunos minutos, se me acercó y me dijo: «¿y que solo esto vendes?»… Normalmente, mi primera reacción hubiese sido reirme o ignorar el comentario de la niña; sin embargo, me dejó mucho en qué pensar.
La venta de bolsas había ido bastante bien, había podido participar en varias ferias, asistir a varios eventos, quienes vendían mis productos me reportaban seguido que necesitaban más y todo parecía estar yendo de maravilla; sin embargo, recordé una frase que me dijo una amiga (creo que mencionó haberla leído en algún libro), esta dice: «así como están las cosas, cambia. El cambio no debe pasar hasta que todo está mal, al contrario, cuando todo está bien, es el momento de cambiar»
Esto me hizo reflexionar y comprender la importancia de la diversificación en los productos, probablemente del día de hoy a unos meses, lo que tengo para ofrecer se vuelva obsoleto y no tener nada nuevo que mostrar me haga perder lo que con tanto esfuerzo he podido lograr hasta hoy.
Es así como aprovecho de anunciar que pronto lanzaremos una línea de llaveros, con el mismo estilo de los que adornan nuestras bolsas pero esta vez exclusivamente como accesorios, ¡espero les gusten!
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